lunes, 18 de enero de 2016

El placer de las cosas pequeñas

Inciso, corto, breve.

Cual raja de hábil cirujano.


Preciso, frío, calculado.

Cual tiro certero a portería.


Dos, uno, cero.

El tiempo que nos separa de una explosión.


En tres palabras o menos.

Porque lo bueno, si breve...



Por eso yo prefiero nombrar mis relatos con el mínimo número de palabras posibles.


Reducirlo todo a la mínima expresión.


Como aquellos momentos breves, carentes de sentido y finalidad, pero geniales y disfrutables en su totalidad.



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