No, la distancia es algo más. Una sensación, un paradigma de toda mente. No importa cuán lejos estemos, pues sabes que algo nos diluye.
Futiles son las excusas o las promesas que utilicemos para rellenar ese agujero negro, siempre nos absorberá. Por insignificante que este sea, por atractivo que resulte.
Y al final, el vacío, la tierra, el agujero, la pesadez. Todo irá en nuestra contra. Hasta que ya no haya distancias. Porque no habrá destino.
Y entonces, te preguntarás: ¿por qué no seguí nadando a contracorriente, luchando por sobrevivir a esta distancia que tanto me corroe?
La distancia es solo algo psíquico. Una fría unidad métrica. Y cuando llegue la hora, dejarás de hablarme. Desaparecerás.
Como ese vacío que ahora siento yo sin ti.
Publicado originalmente el 23 de marzo de 2015 en Twitter.