sábado, 10 de octubre de 2015

Relojes

Tic, tac. Tic, tac. Tic, tac. Tic, tac.

Hay gente que no puede dormir con el sonido de las manecillas moviéndose lenta pero inexorablemente por la esfera del reloj, pero a mí lo que no me deja descansar no es su chirrido frío y constante, sino sus implicaciones.

Tic, tac. Tic, tac. Tic, tac. Tic, tac.

Se supone que los relojes muestran la hora, pero esto no es cierto. Hay relojes que se quedan atrás, retrasados, yendo en la sombra no solo de aquellos que son certeros, sino de aquellos que van adelantados. Pues algo bueno se puede sacar de tener un reloj con unos minutos de más, pero ¿qué ventajas aporta tener un reloj atrasado?

Tiiiiic. Taaaaaac. ¿Tic? Tac. Tictac.

A veces me pregunto si no sería más fácil sincronizarlos a todos, llamar a aquel maestro relojero que se encargaba de poner todos los relojes de cuco en buen camino, en la buena dirección. Siento que me quedo atrás, que no termino de comprenderlo.

Llego tarde.

Tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac ¿Sabes? A veces me das envidia. Creer que vas retrasado no solo te hace parecer especial, sino que te distingue de los demás. Sí, gracias a que voy adelantado puedo llegar antes de tiempo. Pero, a veces, llego tan pronto que no hay nadie con quien compartir mis triunfos.

Tac. Tic. Tac. Tic. Tac.


El tiempo es el que es y no deberíamos poder cambiarlo. O eso dicen. Sinceramente, yo prefiero "el tiempo pone a todos en su lugar". Y si no, al tiempo.